Detrás del sabor del borojó: Las historias invisibles en el recorrido de los vendedores ambulantes

Por: Camilo Andrés Jácome Rodríguez.

En la ciudad de Bucaramanga se pueden observar unas cansadas almas ambulantes vendiendo desde la hora en la que se posa el alba, hasta que la oscuridad yace entre calles donde la realidad urbana da un giro de 360 grados y florece la actividad nocturna rutinaria. Carlos Javier hace parte de ese ejercito de miles de vendedores ambulantes recorriendo las calles de Bucaramanga con su caballito metálico de cuatro ruedas equipado con un pequeño motor que hace funcionar una licuadora en la que prepara el protagonista de su trabajo, un jugo de borojó al cuál le añade una gran variedad de vitaminas, una cada más extraña que la otra asegurando ser afrodisiaco y beneficioso para la salud.

CLIC ACÁ PARA LEER LA CRÓNICA COMPLETA.