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La cara dura de las impulsadoras: la realidad encadenada de la belleza
Por: Karen Mancilla.
Dentro del vibrante ambiente nocturno de las ciudades, con su intensidad y brillo, se oculta una faceta menos encantadora. Las jóvenes que trabajan como impulsadoras en promociones de productos, especialmente en locales como bares o durante eventos festivos, enfrentan una realidad dura. Aunque su ocupación puede parecer envuelta en glamour, en el fondo revela un entramado de abuso laboral que utiliza su imagen y juventud como herramientas para aumentar los beneficios de las corporaciones.